Mística sostiene los ambulatorios
Viceministerio de Salud levanta registro de infraestructura y gestión de los centros
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La comunidad de Macarao nunca olvidó el día cuando el presidente Hugo Chávez acudió a la inauguración del ambulatorio Humberto Fernández Morán. El 12 de junio de 2000 entregaron a la comunidad el centro de atención primaria más completo que habían visto los vecinos de la zona. Laboratorio, rayos X, emergencia, odontología y un pequeño quirófano eran algunos de los servicios que ayudarían a solventar las necesidades de una comunidad que alcanza 85 mil habitantes.
Diez años después, la estructura levantada por el Plan Bolívar no tiene aire acondicionado y luce llena de filtraciones, tantas que su laboratorio nunca llegó a funcionar. En su quirófano fueron pocos los pacientes atendidos, pues no cuenta con un material aséptico en las paredes y, además, la emergencia nunca contó con equipos básicos como carro de paro, equipo de oxígeno, ventiladores o monitores.
Hace un año los trabajadores del ambulatorio enviaron una misiva al mismo presidente Chávez, no con las quejas sino con las "peticiones" como dice uno de sus trabajadores. Sin embargo, aún siguen esperando por una respuesta.
"Demasiado hacen estos médicos, la farmacia nunca tiene remedios y tampoco hay laboratorio. Por su ubicación este debería ser un gran centro, además es grande, pero no se aprovecha bien", comentó Luzmila Briceño mientras esperaba su turno en la consulta.
Bastante tendría que esperar Luzmila para ser atendida, aunque quizá ya está acostumbrada. Y es que de los 12 médicos que iniciaron labores en el año 2000 tras la inauguración del centro, solo quedan 6 en el turno de la mañana. En la tarde la situación es peor, aseguran los trabajadores. "Los que estamos aquí lo hacemos por mística de trabajo, porque para el médico no existe ningún incentivo", señala Francisco Hernández Casanova, médico.
No es difícil encontrar réplicas del Humberto Fernández Morán en otras comunidades de esta capital, que cuenta con 96 ambulatorios del sistema tradicional de salud. En Carapita, por ejemplo, el Centro de Especialidades Médicas tiene un laboratorio totalmente equipado, pero no recibe reactivos para hacer los exámenes básicos. Asimismo cuenta con personal de trabajo social, pero sin áreas suficientes para desarrollar labores de prevención.
Tres médicos atienden un promedio de 15 a 20 pacientes en horas de la mañana en este centro. Carolina Yannarella, médico de familia, considera que dos galenos más serían suficientes para mejorar la atención en el ambulatorio. "Se supone que 80% de los casos de enfermedad deberían ser atendidos y resueltos en los centros de atención primaria, este es el nivel que corresponde a las referencias y ha sido planteado desde la primera hasta la quinta república, pero nadie lo ha logrado hacer así", comenta la especialista.
Iver Gil, viceministro de Redes de Servicios de Salud, está consciente de lo que dice la teoría, pero asegura que en la práctica la cultura de la población la lleva a acudir de una vez a los hospitales cuando se le presenta un problema de salud. "Debemos hacer una campaña de concientización para que la gente acuda a los ambulatorios", dice el representante del Ministerio de Salud.
Al respecto, Gil asegura que hace tres semanas se inició un proceso de levantamiento de información sobre el estado de los centros de atención primaria del Área Metropolitana. Además de la infraestructura, se contemplan los indicadores de gestión de los centros tradicionales y de los dependientes de la Misión Barrio Adentro.
"Estamos uniendo ambos sistemas en uno solo, se llamará Área de Salud Integral Comunitaria y habrá un representante administrativo que se encargará de gerenciar ese nivel de atención. Para diciembre ya deberían estar equipados todos los centros", detalla el viceministro, quien asegura que en tres semanas más tendrán un reporte completo de la situación de los ambulatorios de la ciudad.
La falta de insumos, como sucede en los hospitales, también es una constante en estos ambulatorios. "Mandan muy pocos medicamentos y muchas veces mandan lo que uno menos necesita", dice Yannarela desde Carapita. Mientras, en el ambulatorio Leopoldo Aguerrevere, en Antímano, dicen que los pocos insumos que reciben les bastan pues ya ni siquiera cuentan con pediatras, lo que influye negativamente en la capacidad de atención del centro.
En lo inmediato, Gil informó que también están trabajando en la adquisición de insumos para garantizar la dotación de este trimestre y realizan una licitación para cubrir la compra de insumos para el resto del año. La promesa, sin duda, no suena novedosa, pero los trabajadores confían en que esta vez sea verdad.
Beatriz Cruz Salazar
EL UNIVERSAL
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