En año y medio murieron 300 personas por ruleteo
Especialistas consideran que los CDI constituyen una oferta engañosa
Hasta cinco hospitales puede visitar un paciente en busca de atención médica. Hay quienes deben regresar al punto de origen (FOTOS VENANCIO ALCÁZARES)
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Una carrera de obstáculos
A sus 22 años de edad, Carlos Eduardo Rivero se convirtió en víctima del deterioro físico y operacional de los hospitales. Tras ser ruleteado por cinco centros de salud en busca de atención médica, falleció.
El joven ingresó herido al hospital de El Llanito, el sábado 22 de mayo, luego de ser arrollado en la carretera de Caucagua, en Miranda. Ante la ausencia de un neurocirujano, los familiares lo trasladaron de un centro de salud a otro, hasta que murió el viernes 28 de mayo, en el hospital Pérez Carreño.
Los deudos dicen que "no existe sensibilidad humana" en los hospitales, pues los pacientes sufren en las ambulancias cada vez que son llevados de una emergencia a otra. A Carlos Eduardo, en principio, lo llevaron malherido al CDI de Caucagua. Allí recibió los primeros auxilios, pero las heridas en la cabeza eran severas y la familia tuvo que iniciar el ruleteo.
"Lo llevamos a El Llanito, allí lo remitieron al Militar y no lo ingresaron, luego nos fuimos con él al Clínico Universitario y tampoco. Al final, decidimos regresarlo al Pérez Carreño, pero como se negaron a recibirlo, comenzamos a suplicar", dijo Justina Rivero, tía del joven, quien comentó que tuvieron que cancelar BsF 40 por una camilla, para garantizar el ingreso del herido.
Para los habitantes de ciudades satélite como Guarenas, Guatire, Caucagua, Altos Mirandinos y Valles del Tuy, los ruleteos son cada vez más comunes, debido a las fallas severas en materia de salud en cada una de esas zonas.
Como lo indican las autoridades de salud de Guarenas y Guatire, los hospitales de esa jurisdicción no cuentan con servicios para atender grandes emergencias. Allí, no hay neurocirujanos y quienes resulten heridos de bala en el cráneo, deben ser trasladados a la capital. "Solo se les estabiliza y se trasladan a El Llanito, el hospital de referencia directa", dicen fuentes de salud local.
En Barlovento, la situación no es distinta. Los hospitales de Higuerote, Caucagua y Río Chico presentan severas fallas, lo que ha obligado a los pocos médicos que allí laboran, a iniciar el proceso de traslado de pacientes hacia Caracas. Hace cuatro años, el hospital general de Guatire era punto de referencia para todos los pacientes que venían de Barlovento, pero en la actualidad no hay ingresos por la falta de galenos.
Pero llegar a Caracas tampoco garantiza atención oportuna. En la entrada de la emergencia del Hospital Universitario se advierte a los que llegan que el servicio está colapsado. En otro hospital de choque, como es el Periférico de Coche, hasta hace una semana no tenían abierta la terapia intensiva por falta de médicos.
"La semana pasada nos amenazaron a todos con pistola porque no podíamos atender al paciente, después de eso mandaron a traer los médicos que habían renunciado por el sueldo y las deficiencias del hospital", cuenta una de las enfermeras de Coche que prefirió no ser identificada.
Desde el Jesús Yerena de Lídice, Eloy Pérez, quien labora en el servicio de emergencias lamenta los casos de ruleteo y asegura que es una de las partes más incómodas de su labor como médico en este centro.
"Nos hemos planteado estrategias para evitar que las personas salgan de aquí a la deriva, pero hay guardias en las que no hay anestesiólogos y es imposible atender a alguien así. Hay veces que la gente regresa otra vez para acá, en peores condiciones, porque ya recorrió varios hospitales", dice Pérez.
De acuerdo con Yolanda D'Elía, asesora de Convite y representante del Observatorio Comunitario por el Derecho a la Salud, con el ruleteo no solo se viola el derecho constitucional del acceso a servicios de salud, sino también se lesiona el derecho a la vida.
"El ruleteo es el resultado del desmantelamiento y cierre de servicios en hospitales, que es a donde acude la mayoría de la población. Además, esta situación pone en riesgo a los trabajadores que en realidad no tienen capacidad para resolver y son agredidos", explica D'Elía.
La especialista agrega que desde el 2008 hasta mediados de 2009 habían fallecido 300 personas por ruleteo, según la información de casos denunciados por familiares a través de los medios de comunicación. Es decir, que la verdadera cifra debe ser más elevada que esta; sin embargo, en las estadísticas oficiales de fallecimientos no se discrimina este tipo de casos.
"Estas son muertes evitables, totalmente innecesarias porque deberíamos tener los recursos, equipos, materiales y médicos dentro de los hospitales para poder salvar al que viene de un accidente o herido de bala", comenta.
Asimismo, D'Elía advierte sobre la oferta engañosa de los Centros Diagnósticos Integrales, CDI. "La propaganda que se le ha hecho al sistema paralelo es que ellos pueden atender todo tipo de casos, pero eso no es cierto, no es una oferta real y muchas personas pierden tiempo buscando lo que está ofreciendo el Gobierno y retrasando su atención", apunta.
Deivis Ramírez Miranda/ Beatriz Cruz Salazar
EL UNIVERSAL
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