FRANCISCO DE MIRANDA.

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lunes, 4 de julio de 2011

Desde hace cinco años los hospitales aguardan obras imprescindibles.

En el informe de contraloría que hiciera el ex diputado del PSUV, Tirso Silva, en 2008 se afirmaba que no se había adelantado ni un ápice. La información provenía de la propia Gerencia de Seguimiento, Evaluación y Control de Obras del Ministerio de Salud Galería: Desde hace cinco años los hospitales aguardan obras imprescindibles      

Comúnmente, el 7 es de buena suerte, pero no en este caso.

Ese número indica los hospitales caraqueños que, supuestamente, serían acondicionados para optimizar sus servicios.

Sin embargo, la mayoría de las obras, que se anunciaron en 2007, comenzaron sin contrato ni licitación. Muchas de las empresas seleccionadas acometieron los trabajos sin haber recibido adelanto económico alguno. Sólo esperaban que en un futuro cercano les otorgaran otros de mayor envergadura, que significaran más contratos. Ese era el compromiso.

El caso del Hospital Leopoldo Manrique Terrero ­mejor conocido como el Periférico de Coche­ es una muestra contundente de lo ocurrido. De los 11 trabajos que se comenzaron a ejecutar, 9 fueron asignados a la misma empresa: Obras Civiles de Venezuela S.A. (Ocivensa). El avance financiero que recibieron para la época fue de 50%, lo que equivalía a 4.784.060,1 bolívares, pero el adelanto físico promedio fue de 3,83%.

Por ejemplo, para el reacondicionamiento general del servicio de Cuidados Intensivos se destinaron 632.554 bolívares.

En el informe de contraloría que hiciera el ex diputado del PSUV, Tirso Silva, en 2008 se afirmaba que no se había adelantado ni un ápice. La información provenía de la propia Gerencia de Seguimiento, Evaluación y Control de Obras del Ministerio de Salud. Hasta hoy, esa área del hospital funciona a medias y sin haber experimentado ninguna intervención en su infraestructura. En las observaciones del documento también especifican que con la excepción de dos casos, el resto de las obras no tenían fecha de inicio por lo que no se pudo comprobar si cumplieron con el cronograma que debía haber sido establecido como método de control.

Otro de los trabajos que se analizó fue el reacondicionamiento de la cocina. Entregaron la mitad de los recursos (540.647 bolívares) y apenas pudieron mostrar a la ingeniera inspectora, Miriam Márquez, 17% de avance.

"La cocina se entregó el año pasado, sin embargo nunca funcionó. El piso está levantado, la campana es inadecuada, pues es muy baja y cualquiera puede golpearse, y los ductos de gas no sirven. Fue tan mal hecha que hubo que improvisar otra cocina aparte", indicó Pablo Zambrano, trabajador de ese centro asistencial y representante del Movimiento Autónomo Independiente del Sector Salud.

"Hay obras que no se iniciaron nunca. Yo las visité todas.

Lo que ha habido es una gran desidia e irresponsabilidad", indicó Silva. Se pregunta por qué no se ha sancionado a las empresas que incurrieron en incumplimiento.

Otros retrasos. La historia de obras inconclusas se repite en varios casos. El informe de Silva hace referencia a 10 hospitales caraqueños para los que se destinó una parte de un crédito adicional de 1,35 millardos de bolívares, y en los que hubo fallas de contraloría. Además del Periférico de Coche, también se presentaron inconvenientes en el Hospital José María Vargas, en el J. M. de los Ríos y en el Universitario de Caracas ­a los que se dedicaron reportajes anteriores­.

Otros ejemplos dan cuenta de los retrasos. Las empresas que trabajaron en el Hospital Oncológico Luis Razetti recibieron, en promedio, 37,5% de avance financiero y adelantaron 22,75% las obras. En el caso del reacondicionamiento del sistema de gases medicinales, a cargo de Distribuidora Imagison C.A., la compañía recibió 50% del monto del contrato, equivalente a 348.371,05 bolívares, pero sólo había ­para el momento en que se escribió el informeuna ejecución de 10%.

En el Hospital Jesús Yerena de Lídice, la empresa Rompson Group C.A. recibió un avance financiero de 50% del contrato (5.425.232,38 bolívares) para remodelar la emergencia ­uno de los 6 trabajos que estaban en proceso­, y sólo había ejecutado 1%. En la Maternidad Concepción Palacios, la rehabilitación de la planta física y la ampliación del sistema de gases medicinales, a cargo de Mignoli 2002 C.A., tenía un avance de 10%, pese a que la empresa había recibido 50% de adelanto financiero (4.266.687,90 bolívares).

En el Hospital Militar Carlos Arvelo había un promedio de 10,5% de progreso físico de las obras. El caso más grave era el de la construcción de las áreas para instalar dos resonadores, que sólo tenía un avance de ejecución de 2%. Sin embargo, en ese centro de salud, a diferencia del Periférico de Coche, la mayoría de las empresas no recibió dinero para hacer los trabajos. En promedio, el avance financiero era de 12,5%.

La excepción fue la empresa Mignoli 2002 ­a la que se asignaron obras de otros hospitales­, que recibió 50% de la cantidad establecida en el contrato, lo que equivalía a 7.495.251,85 bolívares, y ejecutó sólo 20% de los trabajos.

En el Hospital José Gregorio Hernández ­mejor conocido como Los Magallanes de Catia­ también hubo poca transferencia de los montos de contratos, según el informe de Silva. El reacondicionamiento del sistema de gases medicinales, a cargo de Distribuidora Imagison C.A., no tenía avances físicos y tampoco financieros.

La reestructuración del sistema de aguas servidas y claras sólo llevaba 2% de ejecución, pero la empresa Tecnología y Sistema de Venezuela C.A. no había recibido dinero para el trabajo.

Del informe del ex diputado se desprenden dos posibles conclusiones: o las empresas no recibieron los recursos para ejecutar las obras o hubo entrega de recursos que no se reflejaban en los progresos de los trabajos. De cualquier modo, los retrasos son evidentes y, en muchos casos, se mantienen.

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