L a situación de los trabajadores al servicio del Estado nunca fue tan difícil. Además de los bajos salarios y la negativa de discutir los contratos colectivos son acosados políticamente, aseguró Manuel Rondón, directivo de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público.
El coordinador nacional de Fentrasep también es dirigente del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, que organiza la marcha de los trabajadores que se realizará el sábado.
Partirá, a las diez de la mañana, del Parque del Este hasta llegar a la zona industrial de Los Cortijos.
Rondón señaló que sindicalistas de diferentes tendencias ven la necesidad de unirse en una lucha no partidista para rechazar la política del Gobierno, que empobrece a los trabajadores y busca eliminar los sindicatos.
--¿Hay persecución contra los empleados públicos? --El terrorismo laboral impera en los organismos del Estado. Cada trabajador es espiado para ver si está o no con el Gobierno. Debe ir a cada marcha oficialista y ponerse la franela roja porque si no lo botan. Si denuncia ante las inspectorías del trabajo el despido injustificado, éste no procede o, de ganar el caso, el organismo no acata el reenganche. Sin embargo, los trabajadores están despertando y reaccionando en defensa de sus derechos pese a las amenazas.
--¿Cómo son las condiciones de trabajo en los organismos públicos? --Muy malas. El Gobierno no tiene la voluntad de discutir los contratos colectivos, como es el caso del contrato marco que venció hace seis años.
Mientras el presidente Chávez exalta todos los años el alza del salario mínimo, se mantienen congelados los incrementos en la escala de sueldos de la administración pública. El resultado es que 90% de 1,2 millones de trabajadores, muchos de ellos profesionales, gana salario mínimo.
--¿En la marcha del sábado rechazarán las expropiaciones? --Esta política va en contra de la propiedad privada consagrada en la Constitución y las leyes. No puede ser que por el discurso presidencial la casa de una anciana en La Pastora fue invadida hace dos días o que te obliguen a dar a un tercero una habitación de tu vivienda, porque alguien la considere ociosa. Tampoco se pueden expropiar empresas.
Eso lo que significa es mayor desempleo, pues la experiencia es que el Gobierno las paraliza como a Venepal. Se estatizó Aceite Diana, pero no ves el producto hecho en socialismo en Mercal sino aceites importados de Uruguay y Nicaragua.
--¿Y el derecho a la huelga? --Al igual que los reclamos laborales, la huelga sólo aplica para la empresa privada.
Cualquier protesta de los trabajadores del sector público es descalificada. Tenemos 250 dirigentes sindicales y trabajadores bajo régimen de presentación en los tribunales y hay un preso político: el presidente de Ferrominera del Orinoco, Rubén González.
Fue detenido hace 15 meses por defender la contratación colectiva.
-- ¿El movimiento sindical está atomizado? --El presidente Chávez dijo en 1998 que los sindicatos y trabajadores eran la columna vertebral de su proyecto, pero él se encargó de partir esa columna y saca su verdadera intención que es destruir las organizaciones y sustituirlas por los consejos obreros. Hoy más que nunca urge que el movimiento sindical esté unido, sin distinciones partidistas, para defender la democracia y rechazar las políticas del Gobierno.
El coordinador nacional de Fentrasep también es dirigente del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, que organiza la marcha de los trabajadores que se realizará el sábado.
Partirá, a las diez de la mañana, del Parque del Este hasta llegar a la zona industrial de Los Cortijos.
Rondón señaló que sindicalistas de diferentes tendencias ven la necesidad de unirse en una lucha no partidista para rechazar la política del Gobierno, que empobrece a los trabajadores y busca eliminar los sindicatos.
--¿Hay persecución contra los empleados públicos? --El terrorismo laboral impera en los organismos del Estado. Cada trabajador es espiado para ver si está o no con el Gobierno. Debe ir a cada marcha oficialista y ponerse la franela roja porque si no lo botan. Si denuncia ante las inspectorías del trabajo el despido injustificado, éste no procede o, de ganar el caso, el organismo no acata el reenganche. Sin embargo, los trabajadores están despertando y reaccionando en defensa de sus derechos pese a las amenazas.
--¿Cómo son las condiciones de trabajo en los organismos públicos? --Muy malas. El Gobierno no tiene la voluntad de discutir los contratos colectivos, como es el caso del contrato marco que venció hace seis años.
Mientras el presidente Chávez exalta todos los años el alza del salario mínimo, se mantienen congelados los incrementos en la escala de sueldos de la administración pública. El resultado es que 90% de 1,2 millones de trabajadores, muchos de ellos profesionales, gana salario mínimo.
--¿En la marcha del sábado rechazarán las expropiaciones? --Esta política va en contra de la propiedad privada consagrada en la Constitución y las leyes. No puede ser que por el discurso presidencial la casa de una anciana en La Pastora fue invadida hace dos días o que te obliguen a dar a un tercero una habitación de tu vivienda, porque alguien la considere ociosa. Tampoco se pueden expropiar empresas.
Eso lo que significa es mayor desempleo, pues la experiencia es que el Gobierno las paraliza como a Venepal. Se estatizó Aceite Diana, pero no ves el producto hecho en socialismo en Mercal sino aceites importados de Uruguay y Nicaragua.
--¿Y el derecho a la huelga? --Al igual que los reclamos laborales, la huelga sólo aplica para la empresa privada.
Cualquier protesta de los trabajadores del sector público es descalificada. Tenemos 250 dirigentes sindicales y trabajadores bajo régimen de presentación en los tribunales y hay un preso político: el presidente de Ferrominera del Orinoco, Rubén González.
Fue detenido hace 15 meses por defender la contratación colectiva.
-- ¿El movimiento sindical está atomizado? --El presidente Chávez dijo en 1998 que los sindicatos y trabajadores eran la columna vertebral de su proyecto, pero él se encargó de partir esa columna y saca su verdadera intención que es destruir las organizaciones y sustituirlas por los consejos obreros. Hoy más que nunca urge que el movimiento sindical esté unido, sin distinciones partidistas, para defender la democracia y rechazar las políticas del Gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario