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viernes, 20 de mayo de 2011

Los jubilados de están ponchaos.

FRANCISCO RIVERO VALERA |  EL UNIVERSAL
viernes 20 de mayo de 2011  10:16 AM
Viejo y abuelo son sinónimos. También son sinónimos: vejestorio, senil y achacoso, muy usados en Venezuela para maltratar ancianos en esas largas colas de los bancos al cobrar la pensión del IVSS; al sacar la cédula de identidad y el pasaporte o al protestar por la violación de sus derechos. E igual decir: de la tercera edad, hasta los 80; o de la cuarta, de 80 para arriba. O sea: no es fácil ser viejo en nuestro país.

En esta Venezuela del 2011, por ejemplo, existen más de 3,2 millones de personas de la tercera edad, según el INE. Y solo 1,7 millones tienen pensión de vejez, Artículo 80 de la Constitución Nacional, según el Presidente del IVSS. El resto: 1,5 millones no reciben ninguna pensión, a pesar de la alta inflación, de la cesta básica en 5.294,65 bolívares en abril, y del billón de dólares que le han ingresado a este gobierno que, por cierto, está contribuyendo, entre otras cosas, a la entrega del bono salarial mensual de 34 dólares de 155 mil empleados públicos de Nicaragua, según Daniel Ortega.

Pero el dramático escenario de los venezolanos de la tercera edad tiene casos que dan ganas de llorar. Y, aunque usted no lo crea, los jubilados de Pdvsa son un ejemplo.

Todos los jubilados Pdvsa han constituido su Fondo de Pensiones con parte de su salario mensual, durante más de 15 años de trabajo y hasta los 60 años de edad. O sea, ahorraron para asegurar su jubilación. Pero se lo administra Pdvsa. Hoy todos están como plancha e' chino con el pésimo manejo administrativo del fondo de pensiones, el robo descarado de sus haberes y, de ñapa, la miserable pensión de jubilación congelada desde hace 5 años en 1.600 bolívares, en el 85% de los jubilados. Esto es como para producir un infarto en cualquiera que quiera arrepanchigarse.

Ante tales circunstancias, y más por resignación que por otra cosa, algunos jubilados Pdvsa piensan que ya están ponchaos con 3 strikes: la edad, el desempleo y el robo de su fondo de pensiones.

La edad es inevitable. El strike de estar desempleados es injusto y evitable, en base a la experiencia de otros países donde las personas de la tercera edad pueden continuar trabajando de acuerdo con su currículo, condición física y mental. Pero, en Venezuela no hay trabajo ni siquiera para los jóvenes, contimás para los de tercera edad.

Y el tercer strike, que se puede llamar de la robolución, es la mano corrupta de Pdvsa en su Fondo de Pensiones, con la estafa de 581 millones de dólares y la declaración de 851 millones de bolívares en pérdidas, entre el 2008 y 2009; denuncia hecha pública el 10 de Marzo del 2011, no por personas o instituciones de contraloría venezolanas sino por David Fein, Fiscal Federal norteamericano de Connecticut, al enjuiciar a Francisco Pancho Illarramendi, administrador de Fondos Pdvsa, según New Herald.

Pero, el drama de estos jubilados no termina. Ahora es una novela escrita por la Dirección de Finanzas de la empresa, con varios capítulos de mamadera de gallo. Sus objetivos serían: obviar el artículo 13 del reglamento interno de la entidad, eximir a Pdvsa de toda responsabilidad ante la Asamblea Nacional y echarle tierra al affaire. En otras palabras: perder la poca vergüenza que le queda a Pdvsa, tapar el queso con un dedo y dejar ponchaos a sus jubilados. Y que viva la robolución. Hasta el 2012.

Recuerde: la lucha es ahora,
porque el arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza. André Maurois.

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