FRANCISCO DE MIRANDA.

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domingo, 24 de octubre de 2010

Hoy se cumple 28 años de la muerte de Alfredo Maneiro Fundador de la Causa R.




Hoy domingo 24 octubre se cumplen 28 años de la muerte de un soñador, Alfredo Maneiro. Aunque no tuve la suerte de conocerlo, me ha tocado la grata tarea de dirigir en esta coyuntura política, a la organización que él ideo y fundó. Una organización política que nace con el fin de poner el poder en manos de la gente, de acercar la capacidad de decidir de unos pocos a los muchos, eso que para algunos es la democracia.

En sus escritos Alfredo fue un político audaz y asertivo, con una visión futurista increíble, pero de igual forma, con una capacidad de analizar a la sociedad venezolana de su entonces, y por ende a su dirigencia, con mucha claridad. De allí se desprendían posiciones mordaces, con las que quería desmarcarse de esa dirigencia política, que él vaticinaba como la responsable de años de sufrimiento para nuestro pueblo. Esta actitud lo llevó a fundar una organización política que rompiera con los moldes preestablecidos, una organización que deja a un lado discusiones ideológicas, para dedicarse a atender los problemas de la gente, sus carencias, y el cómo intervenir en ellos para acompañar su lucha.

Alfredo afirmó que “un movimiento político podía crecer por la sola fuerza de sus ideales, por la capacidad para motivar y encender la expectativa de las masas”, y así fue como La Causa Radical logró dirigir el polo industrial de mayor importancia para el país, donde el movimiento Matanceros codujo las luchas de sus trabajadores, en procura de mejoras en sus condiciones de vida. De allí, y debido al éxito obtenido, se logra dirigir al estado Bolívar, cuando Andrés Velázquez es electo gobernador, haciéndose realidad parte de los sueños de Alfredo, acercar el gobierno a la gente. Lastimosamente no estuvo allí para verlo.

Hoy más que nunca su pensamiento está vigente, Alfredo fue un demócrata militante, todo lo discutía y lo consultaba, reuniones interminables par tomar cualquier decisión dentro del seno de la organización, para él no culminaba ninguna discusión si no lograba convencer al último de los participantes, es por ello que en La Causa no se vota para decidir, se debate y se contrastan las ideas. Claro algunos dirán que este método es por demás agotador, es cierto, pero en ello se concentra la esencia de la democracia, el consenso, sin ello es difícil avanzar.

El ejemplo lo tenemos en quien nos desgobierna, el que impone por medio de la fuerza sus decisiones, ni siquiera consultando a los suyos, una actitud arrogante y autoritaria, que estoy más que seguro hubiese sido combatida desde un principio por Alfredo, y voy más allá, y afirmo sin temor a equivocarme, que nunca hubiese apoyado ni acompañado un proyecto de tinte militarista y autoritario.

Para Alfredo el dirigente político debía ser eficaz para alcanzar el poder, pero por demás eficiente para resolver los problemas de la gente una vez alcanzado el objetivo, ya que no bastaba que ganaras posiciones políticas si no eras capaz de gerenciar para ser efectivo en las políticas públicas, lo único que garantizaría tu permanencia en el poder, ya que para él no tenía sentido la política si no estaba acompañada del servicio.

La política sin ética y sin voluntad de servir desvirtúa el hecho de gobernar, y genera desasosiego en la sociedad, lo que conduce a la sociedad por caminos inciertos, cayendo a veces en el desespero, desespero que lleva a nuestro pueblo, como bien lo dijo Alfredo, “a elegir presidentes de segunda”, que no son capaces de resolver los problemas más sentidos de la población, pero como también afirmó, hay que seguir confiando en la sabiduría popular, y es mejor equivocarse con el pueblo que si él.

Publicado por Daniel Santolo

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